Vivan los momentos !

En la soledad, a veces, uno se siente a la deriva, como perdido en medio de un océano, infinito, en el horizonte; a veces tranquilo, pero también a veces, embravecido como el mar en una tempestad : las olas se te llevan, te arrastran, sientes que no controlas el destino, que no llevas el timón... ¡devuénvanmelo!.

En la soledad, a veces, uno se siente apagado y siente la ausencia de aquella luz, mágica, que nos guíe hacia algún lugar conocido, seguro. Dale al interruptor, ¡anda! ¡que se haga la luz!.

En la soledad, a veces, uno se siente desesperanzado y que, tristemente, sus benditas lágrimas no sirven para llenar ese vacío, cual abismo, que ocupa su interior. ¿La soledad es una okupa ? ¡Que broten las lágrimas, para limpiarnos por dentro !

En la soledad, a veces, uno se va apagando, cual vela que va quedando sin su cera. ¡Que pongan otra vela debajo y así empezamos otra vez !.

Pero, también a veces... ¡qué bien se está con uno mismo!... leyendo, escuchando música, o haciendo todo aquello que te gusta.

Y... ¡qué bien poder hacer lo que quieras y cuando te apetezca!

¡Qué bien decidir, individualmente, con quién voy o con quién no voy! Decidir tú sólo si hoy sales o te quedas.

¡Qué bien cuando conoces a gente nueva, con la que conversar, con la que compartir, con la que, simplemente, ir a tomar algo o charlar un rato ya te llena!.

¡Vivan los momentos! pues cada momento, dualidad, tiene su lado bueno y su lado malo : si uno tiene pareja, pues ¡a aprovecharlo y a disfrutarlo! sin igualmente olvidarse de sí mismo, claro; y si no... pues también hay muchas cosas de las que disfrutar : se tiene más tiempo para uno mismo, para tus hobbies, para con tu persona, no tienes que dar explicaciones de nada a nadie y... ¡qué sé yo!

Como siempre, yo, en mi línea, intentando buscar el lado bueno de las cosas, hasta a la soledad.

Os invito a este viaje, a buscar el lado bueno ! si, si !