miércoles, 16 de julio de 2008

A veces, sólo a veces, no soy yo.


Todo empieza de repente, sólo a veces, mi ser empieza a cavalgar, cual alma perdida, por entre bosques tenebrosos, llenos de sombras embravecidas. ¡Vienen a por mí! ¡a llevarme a su guarida!... Y veo las ramas de los árboles, sangrientas y a su vez sedientas de mí, cómo se van entrelazando entre ellas, poniendo trampas a mi destino y cual peor enemigo, me acechan con sus terribles garras.


En este entorno, todas esas sombras, malditas, se crecen. Y ahí, van tomando mil formas monstruosas, haciendo crecer así... lo que más odio : mis confusiones, mis delirios y mis miedos, todos ellos ahí, al acecho, ¡a por mí!.


Y es así como me siento, a veces, sólo a veces. Y es entonces, cuando pienso también, que en este bosque tan acojedor (ejem, ejem)... tendrá que haber, por narices, un camino que me lleve al descanso. Un camino por el cual, algún día, iré dejando esa temible oscuridad que me persigue.


Pero mientras busco ese camino, esas extrañas enredaderas van cercando mis deseos, diluyendo mis sentidos, aniquilando un lugar, dentro de mí, que no sé si volveré a encontrar : LA PAZ.


En esos momentos, nace ella, LA DESESPERACIÓN... aquella que distorsiona todo; aquella que poseyéndome, maldita, hace brotar lo peor de mí. Me regala, a borbotones : desconfianza, perdición, locura y sobre todo : el miedo.


AQUELLA que obliga la existencia a mis obsesiones.


AQUELLA que apaga la luz para secuestrarme en su oscuridad.


AQUELLA que me invade y me disfraza de algo que no soy, mientras el mundo grita : ¡que se la lleven! y digo yo : - ¡a mí no, por favor! llevaos esas sombras que están en mi cabeza y a veces en mi alma también, aquellas que hacen que muera un poco más, en vida, cada vez que aparecen.


Y es en esos momentos cuando, para mi desgracia, me convierto en una sombra más en la vida de los que me rodean. Cuán traidora inconsciencia... ¡me conviertes en otra! ¡No me reconozco! pues me obligas a sabotearme a mí misma, alejando a los que realmente quiero cerca... y con ello, a odiarme todavía más, porque : A VECES, SOLO A VECES, NO SOY YO.

No hay comentarios: