
Y cuecen mis noches,
un, dulce, sabor amargo,
de un desamor exhalado,
en el desván, exiliado,
de mi corazón estrellado,
contra el, cruel, iceberg
de mi, propio y efímero, ser,
un tiempo, ausentado.
Pero hoy vuelvo a mí,
a mi pensar y a mi sentir,
retorno a mi luna, mi calma,
deslealmente abandonada,
por fantasías anheladas,
nacidas desde la enajenación,
de una, temporal, perdición,
del sentido de mi camino.
Ahora, será mejor no retroceder,
no regresar a esa, muerta, vía,
por donde nunca pasa un tren,
aquella, donde pasas los días,
esperando un, inexistente, vagón
creyendo, haría olvidar el desazón,
que sientes en tu, triste, vacío,
al reconocerte tan sombrío.
Gemma-Enoa